
Cuando he ido a comprar puzzles a menudo me he encontrado con la caja de cartón que contiene las piezas para montar la postal de Hallstatt, el pueblo más bonito de Austria, y del mundo.
Y como además de verlo montadito y enmarcadito, colgando de la pared, quería verlo “montado en una sola pieza y de veras”, en nuestra tercera vez por el país no podía faltar la visita al bello rincón austriaco.
Hallstatt es un municipio situado a orillas del lago Hallstatt (Hallstätter See) que pertenece al distrito montañoso de Salzkammergut del estado federal de Oberösterreich (Alta Austria).
La belleza del lugar fue descrita por el geógrafo, naturista y explorador alemán Alexander von Humboldt como “el pueblo del lago más encantador del mundo”, cuando a principios del siglo XIX, observaba sentado en la orilla el reflejo de las casas y las montañas en el agua.
En 1997 el paisaje cultural Hallstatt-Dachstein fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Etimológicamente, Hall tiene un origen céltico ya que con ese nombre se denominaba a la sal que abundaba en las minas cercanas. De hecho, Hallstatt se traduce como “Lugar de Sal”, pues en la montaña que guarda el pueblo se encuentra la mina de sal más antigua del mundo.
Aunque hoy por hoy el municipio austriaco es uno de los más visitados por los turistas, en el pasado fue un lugar aislado e inhóspito.
Para aprovechar al máximo el tiempo en Hallstatt, y no perdernos nada (y qué leches, ir en modo “que nos lo den todo hecho”), Carlos y yo optamos por contratar la excursión con Civitatis.
La excursión la reservamos desde España, vía online, varios días antes del inicio del viaje.
La excursión de Civitatis se hace en autobús, con un guía de habla alemana e inglesa (no hay guías en español) y dura 13 horas.
Durante el camino se harán dos o tres paradas (las comidas no están incluidas).
Lo que sí está incluido es el ticket de ida del barco que hace el traslado por el lago (Obertraun – Hallstatt).
INFORMACIÓN IMPORTANTE SI VAS A HALLSTATT EN TREN O EN COCHE
Si vas a Hallstatt en tren te anticipo que tendrás que hacer el traslado en barco (ida y vuelta). Pero no te preocupes, los horarios de los barcos están supeditados a los del tren.
Puestos a anticipar… En Hallstatt solo pueden aparcar los coches de los residentes. Así que si vas en coche lo tendrás que estacionar en un parking o a las afueras.
EXCURSIÓN A HALLSTATT (DESDE VIENA)
A la hora indicada (06:15 horas) te recogen en el hotel (el nuestro era uno de los Ibis que hay en la zona del Prater, el parque de atracciones más antiguo del mundo).
Desde el hotel te llevan a la Ópera de Viena (punto donde concluirá la excursión).
Desde la Ópera, y una vez realizado el cambio a un autobús más grande, salimos en grupo hacia nuestro destino.
De ahora en adelante nos esperaban casi tres horas y media en carretera (de Viena a Hallstatt hay unos 300 kilómetros de distancia).
Como la capital de Austria es una ciudad mucho más grande de lo que pueda parecer, tardamos en salir de ella unos 25 minutos. (Y eso habiendo trágico fluido. Porque al regreso de la excursión, de haber retenciones, la hora de finalización se demora).
Ya en carretera, salvo el conductor, algún excursionista y el guía -al que parece que le hubieran dado cuerda pues no paraba de darle a la lengua- íbamos a ratos despiertos, a ratos dormidos.
Cuando llevábamos un par de horas (sin contar el tiempo de la parada del desayuno), el paisaje se volvió muy hermoso.
A través del cristal de la ventana del autobús, la neblina jugueteando por las cumbres nevadas de los Alpes Austriacos, quedó congelada en imágenes eternas por haberlas fotografiado.
El juego de colores, azul verdoso, creado por la naturaleza, era el preludio de lo que nos reservaba la jornada.
Luego, navegando por el lago, las maravillosas estampas -producto del reflejo del cielo en el agua- me trasladarían al crucero que hicimos con nuestros hijos, Iván y Carlitos, por los fiordos noruegos.
Nota: estos paisajes sirvieron de inspiración para la película animada de Frozen de Disney.
LLEGADA A HALLSTATT
El autobús paró y nos dejó próximos a la estación de tren de Hallstatt.
Sin embargo, no estábamos en Hallstatt, sino en el municipio de Obertraun.
Sin demora -en grupo y siguiendo al guía-, nos dirigimos al pequeño embarcadero, que hace el servicio regular en barco Obertraun – Hallstatt.
A la espera de subir al barco estuvimos fotografiando el lugar y los bellos cisnes blancos que nadan en las cristalinas aguas del lago.
Y antes de abandonar el embarcadero aprovechamos para ir al aseo, ya que el guía nos comentó que de querer hacer pipí (o popó) en el otro lado, tendríamos que pagar.
Ya en el barco el trayecto fue especial, mágico; hipnótico.
De todo lo que incluye la excursión de Civitatis, la navegación entre las montañas por el lago merece un sobresaliente.
RECORRIDO TURÍSTICO POR HALLSTATT
Desembarcamos. Y nada más poner los pies en tierra hicimos varias fotografías a una de las famosas panorámicas de Hallstatt.
A la entrada del bello pueblo la gigantesca estatua de piedra de un hombre hace alusión al histórico y duro oficio del salinero.
Tras de sí quedó el embarcadero, la estatua de piedra, la Oficina de Información y Turismo… Y caminamos en grupo hacia el centro del pueblo entre el lago y unas barcas a pedales en forma de cisne (a la derecha) y las tradicionales casas alpinas austriacas adornadas con flores (a la izquierda). En este tramo del camino no faltan las tiendas de souvenirs, donde venden los típicos sombreros tiroleses, y establecimientos de comida.
A pocos metros de donde la calle ciega el lado del lago -por ser sustituido por más casitas-, el grupo se paró y el guía comenzó a dar explicaciones. Pero como Carlos y yo preferíamos ir a nuestro aire, así se lo hicimos saber. Y tras concretar hora y lugar de reunión para regresar a Viena, nos despedimos y separamos del grupo.
De ahora en adelante disponíamos de tres horas y quince minutos (de doce a tres y cuarto) para visitar Hallstatt.
Lo primero que hicimos fue subir a la parte más alta por las escaleras de piedra, ocultas entre las antiguas y estrechas calles. Según se va subiendo la vista de balcones y ventanas de madera, los tejados de pizarras de las coloridas casitas y el campanario de una de las iglesias, queda bajo la panorámica del Hallstätter See.
Desde arriba se observa muy de cerca la cascada Waldbachstrub, cuyas rumorosas aguas descienden escalonadamente por las paredes que resguardan la estampa de cuento de Hallstatt.
En la pared vertical de la montaña se alza una pequeña estatua blanca, la cual está protegida por una estructura de madera que imita el estilo alpino. A los pies de la capilla la frase en alemán Lobet den Herrn alle seine werke (Alabado sea el Señor por todas sus obras) hace referencia a un salmo de la biblia del luteranismo.
En este mirador hay un pequeño aparcamiento (estábamos cuatro gatos y unos pocos coches estacionados).
Nota: en el lugar hay otro tramo de escaleras solitario desde el que se observa una vista similar.
Bajamos. Y desembocamos en Marktplatz (Plaza del Mercado).
La plaza del Mercado es muy bonita, y reúne cafeterías, restaurantes y hoteles.
Y la fachada blanca de una de las casas se cubre con enredaderas.
Sin embargo, lo que más destaca en la plaza del Mercado es la Columna de la Santa Trinidad (Dreifaltigkeitssäule).
Dejando la Columna de la Santa Trinidad (y la plaza del Mercado) a nuestras espaldas, giramos a la izquierda para entrar en la iglesia luterana Evangelische Pfarrkirche.
Después de ver y salir de la iglesia luterana subimos hacia la iglesia católica Pfarrkirche Mariä Himmelfahrt (Maria am Berg).
A la iglesia católica de Hallstatt la cerca un cementerio por el que se puede caminar entre las filas de sus cuidadas y llamativas tumbas.
Junto a la iglesia y al cementerio se encuentra Michaelskapelle (Capilla de San Miguel), conocida como Karner Beinhans (Casa de Huesos), cuya visita es imprescindible (y de pago).
Nota: en mayo de 2022 la entrada era de 1,50 euros (por persona).
En la entrada al osario la expresión en alemán Wir waren, was ihr seid, wir sind, was ihr sein werdet! (¡Fuimos lo que eres, somos lo que serás!) hace referencia a la muerte.
Entrar en la diminuta y lúgubre capilla resulta sorprendente, no por guardar huesos, sino porque sus más de mil cráneos, los cuales están apilados unos encima de otros y ordenados de forma cronológica, se exponen pintados, como respuesta a una centenaria tradición austriaca que solo se mantiene viva en Hallstatt.
Según la tradición del norte de Europa, alrededor del año 1720 las tumbas se alquilaban por un tiempo limitado (una o dos décadas). Cuando vencía el tiempo los restos se exhumaban y se llevaban a otra tumba o nicho (aquí jugaba un papel importante la economía de la familia).
Y la tumba que quedaba vacía se volvía a alquilar.
Cuando los restos exhumados se trasladaban a las Karner Beinhaus, un equipo de artesanos limpiaba, blanqueaba y decoraba artísticamente los cráneos y añadía -en la zona frontal- la fecha de la defunción. Con ello, el cráneo se convertía en la lápida de la persona.
Esta segunda sepultura era económica y definitiva y aseguraba que los datos personales del difunto no se perdieran.
Los adornos que se pintaban en los cráneos eran simbólicos. Así, las hojas de laurel simbolizaban la victoria, las del roble la fama; las rosas el amor, las hiedras la vida.
Pero también hubo otros con significado incierto (la serpiente).
El motivo por el cual en Hallstatt perdura la curiosa tradición es por una cuestión práctica (falta de espacio en el cementerio).
Para que el cráneo de la persona muerta pueda estar expuesta en la Casa de los Huesos se deben cumplir dos requisitos:
-Haber nacido en el municipio austriaco.
-Dejar escrito en el testamento la voluntad de que sus huesos descansen en la Karner Beinshaus.
Para cerrar lo concerniente al osario de Hallstatt decir que el último cráneo que se pintó y colocó en su interior es de 2004.
Vistas la iglesia y el osario, y la panorámica, volvimos a bajar.
Y como ya era la hora de comer compramos bebidas y las típicas salchichas (o perritos calientes) en un puesto de comida ambulante y las fuimos comiendo mientras caminábamos hasta el final del pueblo (es más, salimos de él).
Volviendo sobre nuestros pasos paramos en otra de las famosas panorámicas de Hallstatt para hacer fotografías.
Y hasta las 15:15 horas seguimos descubriendo el bello rincón austriaco…
MUSEO DE HALLSTATT
El municipio cuenta con un museo. A la izquierda de la puerta de entrada se aprecia la estatua del arqueólogo austriaco Johann Georg Ramsauer.
Ramsauer fue un operador de minas y director de las excavaciones en el cementerio de Hallstatt (1846-1863). También trabajó para el servicio estatal de minas, donde pasó de aprendiz a Bergmeister (Maestro de Montaña).
KALVARIENBERGKIRCHE (IGLESIA DEL CALVARIO)
Kalvarienbergkirche es una iglesia romántica, sita en la montaña. Data de 1711 y se
construyó junto al Kreuzwegkapellen (Estaciones del Vía Crucis).
LAS TAPAS DE ALCANTARILLA DE HALLSTATT
En tu visita a Hallstatt que no te pasen desapercibidas las tapas de alcantarilla. Entre todas las que fui viendo descubrí dos distintas. Son muy bonitas y originales.
MIRADOR DE LOS CINCO DEDOS
Si vas con suficiente tiempo, (y el tiempo, climatológicamente hablando, acompaña) sube al mirador de los cinco dedos de Obertraun.
El mirador es una plataforma de observación gratuita, sito en las montañas Dachstein en el monte Krippenstein, que toma su nombre por tener la forma de una mano con cinco dedos.
HALLSTATT EN CHINA
La belleza de Hallstatt tiene una copia made in China. Y es que a las afueras de la ciudad china de Luoyang se construyó en 2011 una réplica del pueblo austriaco conocido como “el Hallstatt Chino”.
La copia del pueblo (y del lago) fue todo un éxito. Por ello “el Hallstatt Chino” es un gran reclamo turístico.
Y a su vez, Hallstatt es uno de los destinos favoritos de los chinos.
“EL HALLSTATT ESPAÑOL”
No puedo terminar el artículo viajero sin citar Lanuza.
Lazuna es una localidad perteneciente al municipio de Sallent de Gállego, en el Alto Gállego, en la provincia aragonesa de Huesca.
La localidad pirenaica se encuentra en el valle de Tena, a la orilla izquierda del pantano que embalsa el agua del río Gállego.
La belleza de Lanuza es comparada con el pueblo austriaco. Pero a diferencia del Hallstatt de Luoyang, “el Hallstatt Español” no es artificial, sino natural.
Carolina Olivares Rodríguez.
La entrada El pueblo mas bonito del mundo está en Austria y se llama Hallstatt se publicó primero en Viajes, turismo y curiosidades.
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Author: viajes24horas
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